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Cómo afecta el cambio climático al vino

El cambio climático es un hecho que está influyendo de manera drástica en el medio ambiente y por ende en todos aquellos que lo habitamos. Seres humanos, animales y especies vegetales estamos sometidos a las consecuencias de este fenómeno mundial.

¿Y como es que esta situación afecta a la actividad vitivinícola y al mundo del vino? A continuación, te despejaremos esta inquietud.

 

¿Qué es el cambio climático?

Desde que la tierra es tierra su clima ha ido cambiando constantemente a lo largo de toda su historia. Esos cambios han sido en ocasiones sutiles y graduales, y en otros han sido más violentos y repentinos. Actualmente, estamos experimentando grandes fluctuaciones de temperatura, que hacen que esta vaya de fríos a calores extremos.

 

El uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón por parte de las actividades del ser humano son un factor que contribuye a acelerar y potenciar este cambio a nivel clima. Estos gases emitidos generan un efecto invernadero al actuar como un cobertor para el planeta tierra que atrapa al calor y por ende aumenta la temperatura.

 

Las principales consecuencias del cambio climático son inundaciones, aumento del nivel del mar y de ríos, deshielos, sequías, escasez de agua y otros tantos desastres naturales como tormentas de gran magnitud o maremotos.

 

¿Cómo influye este cambio en la producción del vino?

Los climas extremos que son resultantes del cambio climático, como heladas en primavera, calor extremo y sequías de verano generan grandes perdidas y desperdicio de las producciones de los viñedos. Como consecuencia de esto, muchos productores comenzaron a optar por instalarse en terrenos de zonas con climas fríos para tener un mayor control de las fluctuaciones de la temperatura.

 

Por ello las producciones de vino actuales pueden provenir en estos tiempos de lugares geográficos que antes hubieran sido impensados como cuna de viñedos.

 

Con el cambio del clima, también se ha alterado el calendario de cosechas, ya que las temperaturas pueden o bien adelantar o retrasar la maduración de las uvas. Esta cuestión también provoca un incremento en el porcentaje de azúcar de estos frutos y una menor acidez.

 

Los efectos del clima también repercuten en la graduación alcohólica de los vinos producidos, en el sentido que con temperaturas tan fluctuantes y extremas, los consumidores están demandando vinos más ligeros.

 

El cambio climático es sin lugar a dudas, un nuevo desafío para los productores de vinos, donde ellos deberán saber ser flexibles, desarrollar estrategias y adaptarse a este nuevo mundo manteniendo el equilibrio entre el rédito y productividad de la producción como su negocio, y la calidad de los vinos producidos. También este cambio es un desafío para los consumidores y amantes del vino, quienes deberán aprender a beber y disfrutar de un vino diferente.

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