En tiempos del impero romano, la península ibérica ocupó un lugar sumamente importante en la producción de vino, debido a la gran cantidad de vides diseminadas, principalmente en la porción sur del país, lo que la volvía una suerte de despensa del imperio. Con el tiempo se fueron implementando mejoras en las técnicas de elaboración, a la vez que se ampliaron las zonas de cosecha. Sin embargo, el cultivo de la vid y el proceso de elaboración del vino en la península ibérica, tienen su origen en el año 1100 a.C., en la zona de Cádiz, Andalucía. Luego, en el siglo XII las regiones de Jerez y Cataluña también se convirtieron en productoras, ampliando así el mapa del viñedo español. Sin embargo, es recién en el siglo XIV que podemos hablar de una viticultura española de peso, y de un producto con calidad de exportación.
Después, con la llegada de Colón a América, los Reyes Católicos recuperan tierras que pertenecían a los musulmanes, y con ellas aparecieron nuevas vides. Así como también la cosecha en tierras americanas. Pero, lo que en un comienzo parecía una puesta en jaque de las nuevas colonias a España, acabó siendo la salvación de la industria vitivinícola.
En el siglo XIX una gran peste azotó los campos y las vides. La Filoxera supuso el fin de gran parte de los viñedos franceses, lo que los llevó a buscar expandirse a tierras cercanas, entre ellas Rioja, Navarra y Cataluña. Si bien en un principio esto supuso la modernización del sistema de producción, con el tiempo, la plaga alcanzó también a estos territorios, aniquilándolo todo. Fueron, como hemos dicho, las vides traídas nuevamente desde América las que salvaron al vino europeo de perderse en el olvido.
En el siglo XX, la guerra civil española supuso el descuido de los campos y, por ende, también de las vides. Fue recién en la década de 1950 que España consigue ponerse nuevamente de pie, y alcanzar una estabilidad interna. Esto se logró básicamente promoviendo la exportación de vinos de regiones como Rioja o Jerez. Luego, en los años 70, gracias al consumo interno de la clase media española, se lograron niveles asombrosos de profesionalización del sector, con mejoras y modernización de la aparatología utilizada.
Con el surgimiento de la Unión Europea se reguló la industria, ahondando aun más en los procesos de cambio y modernización del sector vitivinícola, lo cual dio como resultado que la calidad del vino español alcanzara los niveles de calidad de otros productores históricos, como es el caso de Francia.
Actualmente, ya en el siglo XXI, no dejan de surgir nuevas variedades, mezclas de tipos de uvas diferentes, y un sinfín de pequeños productores o bodegas boutiques, que buscan diferenciarse y ofrecer vinos de primera calidad.
En este momento la industria vitivinícola española cuenta con 4000 bodegas en actividad. Al ser una tierra rica en climas y suelos, las variedades que se producen son muchas, lo que abre el mercado aun más, permitiendo ofrecer un producto de excelente calidad, tanto en el territorio nacional como en el exterior. Luego de este largo camino recorrido, podemos decir que el vino español es actualmente reconocido en el mundo entero como uno de los mejores.
2 comentarios
Ivan gracias por la excelente narración de la historia sobre la cultura del vino en España me ha gustado.
Permíteme de añadir un pequeño comentario sobre el desarrollo de la vid en la Rioja .
Carlos III en 1787 tuvo la buena decisión de crear una carretera firme desde Agoncillo y pasando por Logroño, Haro, y otros pueblos para remplazar lo qué asta entonces eran caminos impracticables. Esto ,permitió a los cosecheros riojanos de poder exportar desde el puerto de San Sebastián a América el excedente de vino del que asta entonces se perdía. La decisión de este gran monarca permitió un rápido desarrollo de la vid en La Rioja y por consecuencia jenerar riqueza a los riojanos.¡ GRACIAS CARLOS III !
Antonio Aragon Lara
Mi más sincera enhorabuena por toda la información que sobre el vino, nos estás ofreciendo.
Al final, la cultura del vino, es eso, cultura.
Desde los años sesenta para acá, el mundo de las bodegas y del vino, ha conseguido una gran transformación, y ahora podemos disfrutar de caldos insuperables, que pueden codearse con los mejores del mundo.
Dicho todo lo cual, hay cosas que también marcan la diferencia.
En este caso, es la labor de Ivan, que pasito a pasito, nos enseña todo ese mundo que rodea nuestros vinos.
Lo dicho, mi enhorabuena.
Saludos
Pilar.