Las bodegas de vino submarinas surgen a partir de los hallazgos de botellas –de dicha bebida– en pecios o naufragios, o eso es lo que se estima. Lo curioso es que incluso después de muchísimos años en este ambiente, los vinos encontrados conservaban sus cualidades organolépticas íntegras.
Además, muchos de estos vinos «envejecidos» en bodegas submarinas improvisadas presentaban características únicas, generadas por las condiciones propias del ambiente acuático.
Por supuesto, en las bodegas de vino subacuáticas actuales se requieren ciertas prácticas por parte de los enólogos para garantizar el resultado deseado. Entre estas destacan el tipo de recipiente utilizado para contener el líquido, así como la profundidad a la que son sumergidos.
Otra particularidad de estos refugios submarinos de vino es la diferencia en el tiempo de maduración que requiere el preciado líquido, sobre todo en comparación con el añejamiento que se aplica en tierra.
Secretos de las bodegas de vino submarinas
Quienes ya se dedican a este increíble método de crianza subacuática comentan que son 4 los principales secretos de las bodegas de vino submarinas. Es decir, las formas en las que el mar influye en el atesoramiento del vino, como suele llamársele. Estos son:
-La temperatura y la presión del agua, aspectos que suelen ser constantes.
-El movimiento del mar. Las mareas y el oleaje, así como la energía biodinámica presente en ellas y de la influencia que tiene la luna.
-La propia salinidad del mar.
-Además, la disminución en la presencia de luz y ruido, incluso llegando a ser inexistente.
Estos cuatro elementos, sumados a las condiciones creadas en las bodegas submarinas, propician un entorno ideal para que el vino evolucione. El resultado son sabores intensos en vinos frescos y jóvenes, en los que el punto de salinidad es increíble y los aromas que predominan son los secundarios y terciarios.
¿Qué aspectos propios de las bodegas bajo el mar influyen en el vino?
Entre las condiciones creadas por las bodegas que logran influir en el vino, se encuentran el tipo de recipiente en el que el líquido es sumergido.
Por ejemplo, en algunas bodegas bajo el mar se utilizan ánforas de arcillas, con las que es posible impedir el paso de la luz, mantener una temperatura constante y soportar la presión y el oleaje. Mientras que, otros especialistas optan por las botellas regulares, protegidas por jaulas y estructuras que permiten el contacto directo con el mar y sus propiedades.
El tiempo de maduración también es cambiante, prefiriéndose entre 6 meses y 2 años según la fortaleza que se busca en el vino. Por último, la profundidad juega un papel importante, aunque la mayoría de las bodegas de vino subacuática en España se limitan a menos de 20 metros bajo el mar, por cuestiones de logística.
Bodegas de vino subacuáticas: mucho más que vino
Las bodegas marinas han demostrado que no solo sirven para atesorar los vinos, también se han convertido en toda una experiencia para enófilos e interesados.
En este sentido, muchas bodegas subacuáticas ofrecen una aventura completa, en la que es posible pasear en barco, sumergirse para conocer la bodega y, por su puesto, catar el delicioso resultado.
Este es el caso de Crusoe Treasure, en Bilbao, una de las pioneras de esta práctica y la primera bodega submarina-arrecife artificial del mundo. Por otra parte, Alicante es hogar de Viña Maris, otro precursor de los vinos bajo el mar, el turismo enológico y los deportes de aventura.