El mundo del vino tiene también su costado policiaco con muchas interesantes historias en su haber. Una de ellas es la de Rudy Kurniawan, un hombre de aspecto simpático e inocente, pero que ha sido el dolor de cabeza más grande de muchos coleccionistas de vino. A continuación te contamos quien es Rudy.
Los orígenes
Rudy Kurniawan nació en la ciudad de Yakarta en Indonesia, en el año 1976. Posteriormente, estudio en una universidad californiana. El hombre comenzó a interesarse en los vinos caros y difíciles de conseguir. Y poco a poco se fue introduciendo en círculos exclusivos de coleccionistas y compradores de vinos. Hasta el momento nada parecía raro ni daba que sospechar de Rudy.
Los círculos en donde se movía comercializaban vinos de muy alto costo y muy codiciados por los coleccionistas más importantes del vino. Rudy era un novato en este mundo y no se dedicaba a comprar y adquirir estos vinos, sino tan solo a venderlos a quienes los buscaban. Poco a poco gano popularidad por conseguir vinos de los más difíciles de encontrar en el mercado.
¿Cuál era la estafa?
El fraude que realizaba Rudy era sumamente sencillo. El hombre no poseía una gran organización ni tecnología para cometer sus estafas. Simplemente, Rudy despegaba las etiquetas de botellas de vinos prestigiosos y posteriormente las pegaba en vinos comunes que poseía en su casa. El proceso lo hacía de manera simple, despegando la etiqueta sumergiendo la botella en agua. Las botellas que Rudy armaba las vendía a precios increíblemente altos. El famoso vendedor llegó incluso en una ocasión, en el año 2006 a vender una botella de vino en una subasta por una suma de 20 millones de dolares.
Cuando el FBI allanó la vivienda del estafador del vino, encontró un sinnúmero de etiquetas de los vinos más prestigiosos, un embudo, un descorchador y una re corchadora entre otras herramientas caseras que empleaba para su tarea.
¿Cómo acabo el cuento?
Con el paso del tiempo Rudy Kurniawan comenzó a levantar sospechas. Las prestigiosas bodegas no confiaban en que las botellas antiguas que el hombre comercializaba realmente pertenecieran a su producción. Una de las primeras bodegas que notó una incongruencia fue la de la familia Ponsot de Domaine de Ponsot. Laurent Ponsot descubrió que Rudy había vendido botellas de su bodega del año 1929, pero la familia había comenzado a embotellar vinos en el año 1934.
Pero quien tomó cartas en el asunto fue un coleccionista millonario de apellido Koch, que con la ayuda de un detective investigó a fondo a Rudy. En la investigación se analizó el vino, el vidrio de las botellas, el papel y pegamento de las etiquetas y las cápsulas. Así se desenmascaró al estafador y fue allí cuando el FBI procedió allanar la vivienda del delincuente.
Rudy Kurniawan fue llevado a juicio en el año 2014 y condenado a 10 años de prisión. Esta ha sido la estafa más grande conocida en el mundo de la colección de vinos, y de hecho muy sorprendente por la simpleza y la sencillez en que fue cometida.
1 comentario
El timo era evidente para el que le compraba pero, se quedaba con el vino bueno sin etiqueta. Se lo tendría que beber él porque ya no podía volver a venderlo.